miércoles, 30 de marzo de 2011

Manejo de la ira para mamas !!


Es un pequeño y sucio secreto. Las buenas madres se enojan. Algunas veces llegan a enojarse muchísimo. Las amas de casa se enojan, las mamas que trabajan se enojan, todas las mamas lo hacen. Te lo digo yo. Soy madre de 4 niños pequeños, dos de ellos con mucho carácter (spirited)*, es por eso que se una o dos cosas sobre enfadarse. Los niños serán niños, se meten en problemas, pelean, descomponen cosas y discuten contigo.

Como adulto, frecuentemente es difícil comprender a niños con comportamiento irracional, destructivo, desordenado y escandaloso. Enojarte no significa que no ames profundamente a tus hijos. De hecho, es verdaderamente lo opuesto. Si no nos importara, nunca nos enojaríamos. El enojo es una reacción natural de cuando llegan a tu límite. Hasta el respetable Dr.Spock admitió haber gritado "Cállate!!" a su bebe cuando no dejaba de llorar a media noche. Entonces, porque nos da tanta vergüenza de admitir que compartimos una emoción tan humana?

Desafortunadamente, como madres nos ponemos estándares tan altos e imposibles para nosotras mismas. De hecho, es ilusorio esperar que pasemos las horas del dia con niñios y nunca nos enojaremos. Asi que lo importante, es como elegimos manejar el enojo. Aqui hay algunos tips de ayuda que he aprendido en mis once años como un muy imperfecto padre de familia.

EVITA TUS ' DISPARADORES'

Así como en mucha de la disciplina moderna incluye que mantengas a tu hijo fuera de situaciones que lo molesten, igualmente el manejo del enojo conlleva mantenerte fuera de situaciones potencialmente explosivas.

Si sabes que perderás la calma cada vez que tu hijo invita a cierto amiguito a la casa; en su lugar, invita a un amiguito mas tranquilo. Si sabes que dos de tus hijos siempre pelean en el carro, siéntalos lo más alejados posible y quizás hasta podrías ofrecerles alguna distracción. Actividades que se suponen que son para los niños ( x ejemplo. piano, futbol, beisbol) pueden ser una distracción o pasatiempo para toda la familia. Si llevar a tu hijo a cierta actividad es abrumador, trata de encontrar quien le de un aventón del mismo grupo o simplemente dejen de ir a la actividad por unos seis meses o un año. Algunas veces es mejor alejarse de una actividad que tener que estarle gritando a los hijos cada semana en el camino.

Recuerda, los niños necesitan tiempo para desenvolverse con juegos nuevos y sin estructura mas de lo que necesitarían con las actividades diarias y bien conocidas. Recientemente deje de llevar a mi Hijo de 3 años a cierta panadería, porque la tienda de junto tenia libros de 'Tomas-El Tren' en el aparador. Mi Hijo hacia un berrinche cada vez que pasábamos por ahí, entonces ahora voy sola mientras el esta en sus clases. Se de otras mamas con niños pequeños que hacen todas sus compras del supermercado por las noches o los sábados, para evitarse tener que llevar a los niños a la tienda. Tu conoces tus propios 'disparadores'- solo evítalos llevando a los niños hasta que tengan mas edad. La prevención puede llevarte a salvaguardar tu salud mental.

NO SUFRAS POR COSAS PEQUEÑAS

Toma este sabio consejo de la abuela de mi Esposo, que tenia 94 años. Su actitud era, "Si para cuando cumpla 30 años, todavía no va al baño solo, deja que su esposa sea la que se preocupe por eso". Escúchalo bien!. Y lo mismo va para el destete, el mojar la cama y otros comportamientos de inmadurez que el niño tendrá que pasar algún día. Aunque la situación es frustrante, trata de recordar que El no lo esta haciendo a propósito para molestarte; solamente no esta listo para crecer. Es mejor, cambiar las sabanas, amamantar al niño que camina o hacer lo que sea, para mantener la paz. Obviamente, ciertas acciones siempre requieren de una acción veloz, como correr hacia la calle o lastimar a otro niño. El enojo en estas situaciones es normal, natural y probablemente ayude al niño a que entienda la gravedad de sus acciones. En contraste, realmente quieres estar haciendo corajes cada vez que tu niño no se decide que ropa se va a poner?. Encarémoslo, la mayoría de las cosas con los niños, son cosas pequeñas. Antes de perder la cordura, pregúntate a ti mismo si es algo que podrías solamente ignorar. Una vez que el niño deja de recibir atención negativa, podría dejar de comportarse de manera molesta.

PIENSA COMO LO HARIA UN MAESTRO

Los buenos maestros, saben que la ira no es una manera efectiva de manejar la conducta de los niños. El mejor de los maestros tiene una gran confianza en si mismo y dice. "Yo estoy en control". Los niños saben claramente las consecuencias por no comportarse como esta estructurado, lo que hace que los niños tiendan actuar mejor. Los niños encuentran los límites como algo tranquilizante, lo que es una razón porque los maestros tienen menos problemas de disciplina que los que tiene un padre promedio. Con seguridad, un maestro no tienen el apego emocional con el niño, como lo tienes Tu. Esto también esta a favor del maestro. Así como en el salón de clases, es una buena idea tener en casa algunas reglas que no son negociables. Tu como padre de familia, puedes decidir cuales serán estas, pero también es una buena idea que la lista sea corta. Cuantas menos cosas hay por discutir, será mejor.

DIVORCIATE EMOCIONAMENTE DE TUS HIJOS

Hay que admitir que este es el consejo mas difícil de seguir. Cuando los niños no se comportan, es tentador enredarte emocionalmente con sus malos comportamientos. Por ejemplo, porque Yo soy la primera hija de la familia, frecuentemente de manera irreal, tenia mas expectativas de mi hijo mas grande que de los mas pequeños. Algunas veces, tuve que recordarme a mi misma que él es solamente un niño como los otros. Mi Hijo y Yo hemos peleado sobre cada uno de los pantalones que debe usar o que comida debe llevar en la lonchera. Hasta que un día, decidí que él estaba lo suficientemente grande para tomar sus propias decisiones acerca de que ropa usar y que comer. Sorpresivamente las peleas terminaron!. Ya no fue un problema, El empezó a hacer mejores decisiones. (no siempre bajo mis estándares) Nosotros los padres de familia, tomamos los comportamientos de nuestros hijos como algo personal porque queremos de manera desesperada que triunfen en la vida. Si los dejamos "salirse con la suya", tememos que les desagraden a otras personas. Mientras esto es un temor razonable, la mayoría de los hijos bien amados actúan mejor con otros adultos a su alrededor, que cuando lo hacen con sus propios padres. Mientras ellos sepan como nos sentimos acerca de un asunto, no se harán los desentendidos cuando desobedezcan. Las pequeñas conciencias de los niños trabajan mucho, y ningún niño quiere ir en contra de los deseos de sus padres. Mientras que un niño tenga sentido del poder que tiene para ponerte en una lucha de vida o muerte, ese falso poder lo hará sentir inseguro. El sabe que Tu y no El, debe ser el padre. Otro problema es que nosotros de manera consiente o inconsciente reaccionamos de la misma manera que nuestros padres reaccionaron a un comportamiento similar. Si nuestros propios padres se sorprendieron ante lo que creyeron era una falta de respeto, nosotros también lo hacemos. De pronto, cuanto tu Hijo te dice "no" te llenas de una rabia desmesurada. Haz un recuento de las reacciones de tus padres ante las malas conductas, así no tendrás el piloto-automático con tus propios hijos.

TOMALO CON SENTIDO DEL HUMOR

Compartimos la cama con nuestros dos hijos mas pequeños, lo que lleva a ciertas cosas absurdas propias a la situación, como por ejemplo tratar de dormir en unos centímetros de colchón. El invierno pasado, una noche mi hija vomito encima de nosotros en plena media noche. El virus ya se había estado en los niños mayores, así que ya habíamos estado lavando ropa y limpiando alfombras todo ese día. Estábamos cansados, pero nos arrastramos para salirnos de la cama y cambiar todas las sabanas, le dimos un baño a mi hija y nos felicitamos a nosotros mismos del hecho de que nuestro hijo de 2 años aun dormía profundamente aun cuando lo habíamos movido, etc. Tan pronto como volvimos a apagar la luz y los cuatro nos habíamos acurrucado de regreso en nuestra cama limpia, el niño tiro un vomito espectacular. Había comido hot-dogs de cena. Mi esposo y yo nos miramos uno al otro y empezamos a carcajearnos hasta llorar. Tengo un agradable recuerdo de aquella olorosa escena porque mi él y yo fuimos capaces de mantener nuestro sentido del humor. El enojo, aunque hubiera sido una reacción entendible, no hubiera cambiado el hecho de que se tenían que limpiar. Estoy segura que si tienes niños pequeños, hay un buen numero de cosas por hacer en la casa. Solo imagina que fue tu amiga la que se trago el cordón del zapato con la aspirador. Entonces le podrás ver el sentido del humor a la situación. PIDE AYUDA

No tiene nada de vergonzoso pedir ayuda cuando la necesitas. Mejor aun, pídela antes de que la necesites. Vivimos en una sociedad artificialmente autónoma, donde las madres están casi solas en la responsabilidad del cuidado de los niños pequeños. Históricamente las sociedades humanas tienen por entendido que las madres necesitan ayuda y mucha!. Si estas abandonada en una ciudad nueva sin amigas o familiares cerca, encuentra a otras madres para que formen un grupo donde se cuiden los niños mutuamente. Todas las mamas necesitan ayuda, entonces no será difícil encontrarlas. Puedes conocer madres en cualquier lugar donde se congreguen padres de familia- escuelas, iglesias, clases de natación. Localízalas y te sentirás agradecida por ello. TOMATE TIEMPO PARA TI MISMA

El enojo es de hecho, una pista de ayuda de que nos sentimos usados y/con resentimientos una reacción natural por dar el 100% de nosotros mismos hacia los demás. Las madres necesitamos de compañía adulta, abrigo y tiempo a solas. En algunas ocasiones hasta necesitamos ir al baño con la puerta cerrada!. Hay una vieja analogía con una cuenta bancaria, en la cual debes hacer depósitos para poder hace retiros. Una vez que tu cuenta bancaria esta sobregirada, es demasiado tarde. El mejor tiempo para hacer tus propias cosas es antes de que explotes. En lugar de limpiar mientras el bebe duerme, llama a una amiga o tomate una taza de te. Asígnate un tiempo cada día para hacer ejercicio, estirarte o meditar. Cualquier actividad que te relaje te ayudara a ser mejor padre de familia, lo que es bueno para todos.

PERDONATE A TI MISMA

La próxima vez que pierdas la cordura, da un paso atrás. Imagina a una buena amiga confesándote tus acciones. No serias empática en lugar de juzgar?. Trata de tener la misma compasión para ti misma así como lo harías para tu amiga. Como madre, estas haciendo lo mejor que puedes, No, no eres perfecta y nunca lo serás. Recuerda, mañana será otro día. Si te ayuda pide disculpas a tus hijos después de que hayas perdido la cordura. Estarás dándoles un buen ejemplo a seguir. El enojo es una emoción humana que ocurre de manera natural y por eso, no es ni buena, ni mala, solo es lo que es. Uno de los mejores regalos que podemos darle a nuestros hijos es mostrarles maneras constructivas de manejar la ira. Entonces algún día podrás felicitarte por la grandiosa manera en que tus nietos han sido criados. Elizabeth Bruce, es educadora de partos certificada con BirthWorks y madre de 4 hijos. Vive en Lortan,Va. y tambien es autora del libro " Como pasar por un parto y salir entera!". * El termino "spirited" viene del libro "Raising Your Spirited Child". Es un término muy particular que no tiene traducción literal, pero es como si dijeras que es un niño criado con apego. (Nota de traducción)

TIPS PARA UN BUEN MANEJO DE LA IRA

NO uses sarcasmo o critiques a tu niño. SI expresa el sentimiento de enojo, honestamente en una manera respetuosa.

NO contengas tu enojo, hasta que vayas a explotar. SI expresa tu enojo, tan pronto como lo estés sintiendo.

NO te avergüences de tu enojo o de el enojo de tu niño. SI acepta el enojo como una parte natural de la vida, como comer, ser feliz.

NO te sientas culpable de ser humano. SI perdona y olvida, cuando todo haya terminado.

NO enseñes a tu niño, a guardar sus sentimientos. SI se, un modelo saludable, en ventilar TODOS los sentimientos. Recuerda: siempre que no abuses, el enojo muestra que te preocupas. Tu niño se sentirá, seguro, si le enseñas un sentimiento genuino, en vez de reprimir tus emociones.


Traducción: Alicia González y Natalia Eckmann Tomado de CriandoCreando.com la página mexicana de la crianza con apego

viernes, 18 de marzo de 2011

Y la SOLEDAD los mata de poquitos!!


Lo tienen todo menos lo imprescindible. Casas confortables, padres con profesiones de éxito, toda la tecnología casera disponible en el mercado, ropa de marca, dinero para gastos, caprichos... Pero les falta algo. Los adolescentes urbanos procedentes de familias de clase media y media alta empiezan a llenar las consultas de psicólogos y pediatras sociales aquejados del mal de la soledad. Han crecido casi por su cuenta, a cargo de cuidadoras ajenas a la familia, y sus padres, ocupados a tiempo completo en mantener el estatus social, carecen del tiempo que ellos demandan. Las consecuencias suelen ser perversas: trastornos de conducta, agresividad, enfrentamientos constantes con los padres... Y también una tendencia al aislamiento preocupante. Tanto, que algunos adolescentes han empezado ya a ser catalogados en situación de riesgo y enviados temporalmente a pisos tutelados por la Administración.

Es una circunstancia insólita, porque este tipo de centros -con capacidad para alrededor de media docena de chicos y chicas adolescentes, asistidos por psicólogos y trabajadores sociales- han estado habitados hasta ahora exclusivamente por chavales de familias desestructuradas, aquellas en las que los progenitores están en prisión, o enfermos sin medios de subsistencia, parados sin futuro y toxicómanos en el amplio sentido de la palabra, la mayoría alcohólicos. Ahora, sin embargo, empiezan a compartir habitación con adolescentes ricos a quienes nadie hubiera imaginado bajo la tutela de los servicios sociales de las comunidades autónomas. El nexo entre unos y otros es el desamparo.
En algunos casos los padres delegan el problema en la Administración; en otros, se sigue optando por el internado, dependiendo de su pertenencia a la escala baja o alta de la clase media. Según los expertos, ambas fórmulas de alejamiento del menor conflictivo del hogar se da cada vez con más frecuencia y aflora a edades más tempranas.
Estas conductas antisociales ¿obedecen a una venganza de los adolescentes contra los progenitores por haberles sometido a un semiabandono de hecho? ¿O es su manera de protegerse del desvalimiento propio de los años más confusos de la existencia? ¿Se recuperan socialmente estos chicos difíciles y solitarios?
"La víctima siempre es el menor", asegura Blanca Betes, responsable de la clínica madrileña Psiceduca, especializada en trastornos de la adolescencia. "Son situaciones difíciles que se pueden tratar con bastantes garantías de éxito si aún no han entrado en la adolescencia. Después es peor. Cuanto más se aplaza el problema menos solución hay. Son terapias largas, con un coste económico en ocasiones elevado y que requieren tiempo. Lo primero no es problema, casi siempre llegan a la consulta familias bien situadas. Lo difícil es el tiempo. Viajan mucho, están liadísimos. Alegan que no pueden y les creemos, porque llevamos un tren de vida frenético del que es muy difícil bajarse".
Pero se paga un precio alto por ello. El menor se enmaraña aún más en la espiral del conflicto y la desesperanza. Los padres se muestran derrotados y lamentan la desgracia de tener un hijo así.
El primer contacto con los profesionales proviene habitualmente de la madre. Aunque ambos progenitores trabajen, sigue siendo ella la que busca tiempo para recurrir a la ayuda de los expertos. El lamento inicial tiene un patrón común, según Blanca Betes: "Mi hijo es un desastre, no va a clase, suspende todo. Está agresivo, nos insulta y hasta nos pega. Vivimos en el infierno". Los padres siempre echan la culpa a los hijos. Se sienten víctimas de una injusticia: han dado todo por ellos y solo reciben disgustos. A medida que avanza la terapia, asoma el sentimiento de culpa. Al final, asumen que, efectivamente, le han dado todo, excepto su tiempo. Y no es un detalle menor.
Con más de una década de experiencia, Blanca Betes ha aprendido a traducir el lenguaje de los adolescentes: "Iros a la mierda", dirigido a los padres significa "estoy muy solo. No me queréis. No me cuidáis. Tenedme en cuenta; incluidme en vuestras vidas".
"Muy a mi pesar", añade la directora de Psiceduca, "en ocasiones los chicos están dispuestos a cambiar si sus padres también lo hacen, porque se sienten muy desgraciados. Pero la falta de tiempo de los mayores lo estropea todo. Un caso reciente mío concluyó con el internamiento del chaval en un colegio de élite de Suiza, porque a sus padres les resultaba imposible acudir a terapia".
A partir del alejamiento, bien sea en un piso tutelado o en un internado de lujo, el vínculo emocional corre serio peligro, según los expertos. "El internado es percibido por el menor como 'no solo me has abandonado, sino que me alejas de tu vida". La reacción típica es cerrarse aún más en su grupo de amigos y mostrarse insultante y agresivo con la familia.
Algunos profesionales califican el desinterés de hecho de los padres como malos tratos. Lo denominan "negligencia por omisión del deber" y es causa de privación de la patria potestad. En España hay 35.000 menores tutelados por las Administraciones, aunque no es posible obtener datos sobre cuántos de ellos corresponden a la omisión del deber paterno. Arturo Canalda, defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, apunta la causa principal de la ausencia de estadísticas fiables: "Cada autonomía dispone de un sistema propio de calificación del abandono, y lo que en algunas es desamparo en otras es riesgo, y viceversa. Ninguna tiene la obligación de actualizar y especificar los datos, así que trabajamos un poco a ciegas, fiándonos del instinto y la experiencia".
El pediatra social del hospital Infantil Niño Jesús de Madrid Jesús García alertó a los senadores que consensuaron las líneas maestras de la futura reforma de la ley de adopción nacional de que "un padre sociópata no es solo quien abandona, maltrata o abusa sexualmente de sus hijos, sino quien hace omisión del deber de paternidad". Y reveló que la negligencia es la segunda causa de maltrato de la Comunidad de Madrid. Fruto de esta actitud, señala, "son los trastornos emocionales graves derivados de un abandono de hecho".
Cuenta este pediatra, que además preside la Asociación Madrileña para la Prevención del Maltrato Infantil: "Una madre, una profesional de mucho éxito, vino a mi consulta en demanda de ansiolíticos para su hijo porque mandaba 1.000 mensajes de móvil diarios. Sí, 1.000. Fui a ver su casa y su habitación era la cabina del Voyager: home cinema, mp3, iPhone, Mp4, Wii, consolas... todo. Sin embargo, era uno de los niños más desamparados que he visto. Sus trastornos eran una llamada desesperada de atención dirigida a los padres, a los que prácticamente no veía". Tras una terapia dura y prolongada, el caso empieza a arreglarse y el muchacho se está también recuperando de lo que los pediatras denominan ya "la sordera del MP3", que daña la capacidad auditiva, y la "artritis metacarpofalángica" de su mano derecha, resentida por tanto sms.
Otra pareja que pasó recientemente por su departamento en el Niño Jesús no pudo resolver el problema y perdió definitivamente la custodia por omisión del deber paterno. Eran dos ejecutivos veganos [vegetarianos estrictos] cuyo hijo presentaba encefalopatía grave por carencia de vitamina B12 y ácido fólico, "con unos retrasos mentales tremendos".
Este y los otros menores que han pasado por la misma causa a disposición de los servicios de protección de la Comunidad de Madrid padecen "encefalopatía hipóxico isquémica", lo que les convierte en dependientes de por vida. "A veces, el peor problema de los niños son los padres", concluye el pediatra, que combate con energía la teoría que surgió en los años sesenta -y aún sigue vigente en determinados ambientes- de que es mejor dedicar a los niños "tiempo cualitativo", es decir, poco tiempo pero proveniente de progenitores realizados, como se denominaba antes, que "tiempo cuantitativo": muchas horas, pero de madres presuntamente amargadas por su condición obligada de amas de casa. "Ni cuantitativo ni cualitativo", ataja el doctor García. "Los niños necesitan tiempo a secas".
En este contexto, ¿no se estará estigmatizando a este tipo de padres señalándoles con el dedo acusador? ¿No remueve esta situación el incómodo sentimiento de que triunfar en el trabajo implica descuidar a la familia? O su reverso: niños esmeradamente cuidados, ascensos imposibles, sobre todo en el caso de la mujer. ¿Siguen los estereotipos vigentes?
"Como en todo, hay que buscar el equilibrio. Pero en las actuales circunstancias no es fácil", comenta Jesús Poveda, psiquiatra de la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en patologías de la adolescencia. "Los dos son a la vez culpables y víctimas. La educación de los hijos es su responsabilidad, pero si no se sabe o no se puede hacer mejor, el conflicto está asegurado". Muchos de estos padres son víctimas, a su vez, de la educación errónea que ellos mismos recibieron, y reproducen modelos difíciles de digerir para los jóvenes de la era digital.
"Antes los adolescentes tenían más fácil vivir lo que los psiquiatras llamamos 'factor de pertenencia' a través de la familia extensa y los amigos del barrio. Pero hoy eso rara vez lo tienen, y como el mundo real les resulta hostil buscan su pertenencia en el virtual. Vemos que tienen 500 amigos en Tuenti y ninguno en el barrio. No sirve".
A los padres, señala este psiquiatra, hay que ayudarles a distinguir lo necesario de lo urgente. "Cuando suena la alarma de la extrema gravedad -por ejemplo, un intento de suicidio por parte del menor- se apresuran a cambiar el horario laboral o buscan otro trabajo que les permita estar por la tarde con los hijos. Le han visto las orejas al lobo".
Jesús Palacios, catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla, no culpa ni exime a nadie. Solo destaca que "hay una curva ascendente de padres de clase media alta cuyos trabajos resultan tan absorbentes que no han prestado la atención debida a los hijos. Cuando eso se junta a los problemas de la adolescencia, ya han perdido el control de la situación familiar". En tales circunstancias, primero intentan que los educadores y los psicólogos remedien el problema. "Al final, ellos mismos piden a la Administración que se haga cargo de los hijos", añade Palacios.
El juez de menores de Granada Emilio Calatayud asegura: "El perfil del adolescente que agrede a sus padres o delinque a través de Internet o del móvil es de clase social acomodada, que lo ha tenido todo en el aspecto material y ha crecido solo, sin nadie con autoridad para marcar límites".
Este juez se hizo popular por dictar sentencias en las que colocaba al menor en el lugar de la víctima o su entorno. Si un chico apedreaba los cristales del instituto, la pena consistía en limpiarlos durante unos meses; si agredía a un compañero más débil, le obligaba a convivir con discapacitados; si había conducido borracho, a ayudar a los tetrapléjicos. Así ha conseguido éxitos en la reinserción de menores, pero ahora asegura sentirse algo desbordado por chavales agresivos con el entorno familiar y ciberdelincuentes reincidentes. Chicos que son separados temporalmente de sus padres y enviados a pisos tutelados. Al mismo tiempo, y si se cuenta con medios, se intenta que los progenitores cambien sus prioridades: sus hijos por delante del éxito profesional. "Más no podemos hacer".